Menu

La cuesta arriba

La cuesta arriba

Las elegantes y amplias rampas alrededor de la entrada al edificio del Tesoro de Reino Unido en Horse Guards Road, en el centro de Londres, son un testimonio del progreso que se logró para eliminar los obstáculos que impiden que las personas con discapacidad se unan a la fuerza laboral. 

Las rampas, que se instalaron cuando se renovó el edificio en 2002, tienen una sólida construcción, cuentan con una pendiente gradual para permitir que los usuarios de sillas de ruedas tengan un fácil acceso al edificio de un siglo de antigüedad. 

Sin embargo, el uso real de las rampas ilustra la magnitud del reto continuo de ayudar a las personas con discapacidad en el lugar de trabajo. Las instalaciones no las utilizan los empleados o visitantes con discapacidad, sino los fumadores que las consideran un lugar cómodo para fumar un cigarrillo.

Aunque muchos empleadores están convencidos de las virtudes de contratar personas con discapacidades y las regulaciones eliminaron muchas barreras para hacerlo, la práctica real a menudo queda detrás. 

David Bonnett, arquitecto y superviviente de poliomielitis que trabajó en la remodelación del edificio del Tesoro, dice que no está seguro de si ese tipo de esfuerzos para alentar a las personas con discapacidad se puede demostrar en las estadísticas sobre el número de esas personas que trabajan. 

“Para los empleados discapacitados es necesario que el reclutamiento sea el correcto”, dice Bonnett. “Gran parte de esto tiene que ver con la forma en que se manejan”. 

Algunos de los problemas continuos más graves involucran a personas con discapacidades “invisibles” como ceguera, sordera, enfermedades mentales o discapacidades de aprendizaje. 

Susan Scott-Parker, directora ejecutiva de Business Disability International, una organización dedicada a desbloquear el potencial de las personas con discapacidad, dice que los sistemas modernos de contratación en línea empeoran las cosas. Aquellos con visión parcial, así como las personas con discapacidades de aprendizaje, dislexia y autismo, batallan para utilizar uno de los programas de reclutamiento en línea más populares. 

“Se descarta a personas realmente buenas que podrían aportar mucho talento a las empresas solo porque no entienden el obstáculo que se crea con la contratación en línea”, dice. 

Sin embargo, está claro que hay una transformación, al menos en la postura teórica de muchos grandes empleadores, para contratar candidatos con discapacidades. 

El cambio de política refleja cómo el grupo bancario y muchos otros empleadores reconocen las necesidades que se extienden de manera general más allá del personal que está claramente discapacitado. Por ejemplo, solo 3% de los trabajadores que se identifican como discapacitados utilizan sillas de ruedas. Los empleadores pueden tardar en darse cuenta de que sus empleados sufren algún tipo de discapacidad, especialmente las ocultas. Los trabajadores tienen más probabilidades de quedar discapacitados durante su vida laboral que tener una enfermedad congénita. 

Dado que, al menos, tres millones de personas con discapacidades trabajan en Reino Unido, entre 10 y 15% del personal de muchos empleadores tendrá una discapacidad, de acuerdo con Scott-Parker. “A medida que más y más compañías entienden que ya emplean a personas discapacitadas, necesitan aprender cómo hacer un mejor trabajo para permitirles alcanzar su potencial”, dice. 

James Lee, quien dirige el programa Bridge to Work para el City Bridge Trust, la división benéfica de City of London Corporation, dice que cada vez hay más empleadores que reconocen que tener una fuerza laboral diversa es una buena opción, porque son “un elemento crítico para su supervivencia en el futuro”. 

“La discapacidad sin duda forma parte de eso”, dice Lee, quien usa una silla de ruedas. “Las personas discapacitadas se vuelven más visibles en el lugar de trabajo. Muchas de las compañías del FTSE 100 contarán con redes bien desarrolladas para miembros del personal con una discapacidad”. 

Publicado Junio 06, 2018

Comentarios